Salto del Ángel

Jugarama en Ciudad Real, una de las actividades consistía en dar saltos acrobáticos sobre una gorda y blanda colchoneta. Por las piruetas y caras de los saltarines cualquiera pensaría que en su imaginación estuvieran soñando con la mítica cascada del salto del Ángel. Me encantaría ver a más de uno.

Navidades en Graná

Esta es la vista que se nos ofrece desde el mirador de San Nicolas, justo enfrente de la Alhambra. Desde este lugar creo recordar, Bill Clinton afirmó haber visto la mejor puesta de sol. En esta ocasión, no pude verla, pero de una vez anterior, debo decir que merece la pena, la Alhambra con Sierra Nevada al fondo y Granada a sus pies.
Algo que podemos hacer es dejar un rinconcito en nuestra mente (y en nuestra cámara) para ir incluyendo y recopilando esas puestas de sol que vayamos viendo y viviendo, pero no para compararlas, sino para recordarlas.

Mi madre

Aquí esta mi madre hablando por el movil mientras nos tomamos una cañita con su buena tapa en Graná. Una bonita ciudad, suficientemente grande, pero no demasiado y con todo cerca: playa, montaña, chicas guapas, y chicos, supongo... además de una buena oferta de bares, teterías y garitos. En definitiva, un buen lugar en el que establecerse al menos por una temporada.
En esta otra imagen, vemos los esfuerzos en busca de aire de mi madre después de subirnos una de las cuestas hacia la Alhambra. A cierta edad, llegan las calorás, y mi madre lo esta comprobando en todo su esplendor.
¡¡Muchos besos Mamá!!

Vista de Gante

En Gante (Belgica) hay un castillo en el centro de la ciudad de esos de cuento y ensueño, con su foso, sus banderas en la torre y su habitación con los instrumentos de tortura.
Las ventanas están hechas con cristales circulares parecidos a culos de botella. En una de ellas había uno roto y se podía ver parte del fabuloso y medieval skyline repleto de iglesias y catedrales. Ya me contaréis.

Ruta cervecera

Está no es una de esas fotos que destacan por su estética, técnica, etc, pero el blog es mío y por tanto... El caso es que hace una semana mi colega JR y yo nos fuimos de peregrinación al país de las discordias lingüisticas, en concreto a la ciudad de los bombones y las coles: Belgica y Bruselas. Pero nosotros fuimos en busca de otras experiencias más de nuestro gusto (aunque esas otras también nos ocupamos de catarlas).
Aquí os muestro una típica foto de viajes, sólo que yo he preferido colgar está en vez de una de esas delante del niño meón-Manneken Pis o de la Grand Place-plaza mayor. Nos encontramos en la famosa cerveceria Mort Subite de Bruselas. En Belgica las cartas de cervezas son como las que aquí pudieramos encontrar en una vinoteca, puedes elegir entre 50, 100, 200... y eso es un verdadero placer! Y, por supuesto, una borrachera inevitable!
La foto (lógicamente) está hecha antes de que perdieramos todas nuestras facultades, entre la segunda y la tercera ronda. Si os dais una vuelta por Bruselas no dejéis de tomaros una birrita en este garito, os gustará.

Reflejo

Buenas. Me encantan los reflejos de los escaparates, como se mezclan los objetos expuestos con el exterior de las tiendas, y las nuevas imágenes que se crean. Y en este caso el retrato de un perro vestido como una persona, algo ya de por sí inusual, te deja algo perplejo.
Supongo que como en la vida, todo tiene, al menos dos posibles, y diferentes percepciones y puntos de vista, y el hecho de aceptar una de ellas no significa que la otra sea menos cierta.

Danza del vientre

Un pelín ajetreada

Aquí mi compañera Elena intentando hablar con el móvil sin suicidar su cámara. Y es que en en algunos momentos no tenemos suficientes manos. Estas cubriendo cualquier tema y se pone a sonar el móvil, ya sea el personal o el del curro. Y este es el proceso a seguir para poder responder:
Primer paso: colgarte la cámara de alguna de tus extremidades o dejarla en algún lugar sin peligro.
Segundo: averiguar cual de ellos está sonando o vibrando.
Tercero: conseguir acceder al bolsillo antes de que acabe la llamada.
Cuarto: lograr contestar sin haber perdido todas las oportunidades de obtener una buena imágen del acto que en ese momento estás cubriendo.
Y contando con que hayas conseguido responder, lo más probable es que te toque salir disparado hacia esa otra imprevisión (puesto que debe ser algo imprevisto, olvidado o simplemente accidental), para lógicamente poder llegar a tiempo.