Buenas a todos, hace mucho tiempo de mi última entrada, y
sería largo y difícil ponerme al día en otra. Así que me pongo a escribir a
partir de mi, aunque debo decir nuestra (con Nieves y Foto), nueva aventura en
tierras extranjeras.
El monstruo de
la crisis sigue acechando, está entre nosotros, en España esta sacudiendo a
todos, menos a nuestros ‘queridos’ políticos. Con el resto, desde el currito
hasta el empresario, pasando por los jóvenes, los funcionarios, profesores,
profesionales sanitarios, periodistas y camarógrafos, a todos sin excepción,
con ellos el monstruo se esta despachando a gusto. Y lo más jodido es que
ninguno de ellos tiene la posibilidad ni las herramientas para cambiar su
situación. Aparte de la revolución (palabra que quizá cause, una vez colgado
este post, que los buscadores la indexen y a mí me califiquen como sospechoso),
al pueblo no nos quedan más opciones si queremos sobrevivir y vivir dignamente.
Por más manifestaciones y huelgas que se organizan, por mucho que el cabreo y hartazgo
hacia las instituciones y su funcionamiento sea generalizado y cada vez más candente,
nuestros gobernantes siguen haciendo oídos sordos a sus ciudadanos y sus
demandas. Siguen haciendo la política que toca, la que les ordenan desde otros
gobiernos y poderes fatuos que sólo parecen buscar el bien de sus clases
políticas y el mantenimiento del status quo, aquel donde Don Dinero es el que
rige y organiza, aquel donde las multinacionales marcan las normas y los flujos
del bienestar, donde se decide quien puede sobrevivir y quien debe malvivir. El
español es orgulloso y su clase política lo es aún a más -a tenor del escenario
actual-, de ahí que hagan política en base a los designios de ‘otros’ en vez de
aquellos que beneficien al pueblo español.
Porque manda
‘web’s’, que diremos ahora, que sin comerlo ni beberlo sea el pueblo, el que se
coma el marrón y deba digerir las subidas de impuestos varios, la restricción
de gran parte de sus derechos sociales y laborales, así como pagar por
diferentes vías la deuda que nuestros bancos y cajas, y en consonancia nuestro
gobierno asuma en base a una nefasta gestión –visto lo ocurrido- en la que el
ciudadano nada ha tenido que ver. Ni siquiera aquel que invirtió en una
hipoteca –porque hizo sus cuentas y le cuadraron-, ninguno de los ciudadanos
corrientes ha intervenido para que llegáramos a esta crisis. Pero sólo vamos a
pagar el ‘pato’ nosotros, los curritos, porque los causantes (gestores,
banqueros, políticos y demás individuos de la tribu) ya se preocuparon de
asegurarse suficientes beneficios y privilegios para que cualquiera de las
actuales medidas anti-crisis no les afecte ni les altere su simpático tren de
vida. ¡Manda huevos!
Por tanto,
otra opción es hacer la maleta y hacer las américas. Y así, mi lugar de
residencia actual es ahora Inglaterra. De ello, iré escribiendo aquí.
Saludos, compañeros de la
crísis.
Aquí nuestra planta de Aloe Vera. A ver como le sienta el cambio.